Convento de Santo Domingo – Villanueva de los Infantes Turismo
Villanueva de los Infantes, se sitúa en el Campo de Montiel, formada a partir de la conquista cristiana en el año 1441. Fue uno de los lugares donde se desarrollan algunos episodios del Quijote y la última morada del escritor Francisco de Quevedo. Es llamada, la ciudad del siglo de oro, en su visita podemos conocer un importante conjunto histórico representativo del barroco y renacimiento manchego. Comienza en Villanueva de los Infantes, la increíble Ruta del Quijote. ¿Aún no tienes plan? Visita Villanueva de los Infantes “Disfruta del Turismo en Castilla-La Mancha”
El Convento de Santo Domingo de Villanueva de los Infantes fue construido en el siglo XVII ( 1526) siguiendo las normas de la contrarreforma, es de planta de cruz latina, una sola nave con crucero de brazos muy cortos, y capillas laterales, en número de tres, a ambos lados, altar elevado y enfrente, a los pies, el coro.
La nave está cubierta por tramos de bóveda de medio cañón con grandes lunetos y arcos fajones de medio punto que apoyan sobe pilastras dóricas, mientras que las capillas laterales se cubren con bóvedas de arista.
En el centro decoración de cueros recortados con moldurajes y motivos manieristas. El tramo situado sobre el coro representa los símbolos y la heráldica de la orden dominica, la cual se repite en el centro del sotocoro. Sobre la clave del arco que cierra la iglesia por los pies aparece una cartela con la fecha de 1627, que se supone es la fecha en que se terminó. En el altar mayor se contempla un magnífico retablo barroco de columnas salomónicas.
La fachada principal engloba una portada muy sencilla de arco de medio punto enmarcado por columnas jónicas, sobre pedestales. En las enjutas hay medallones. Un entablamento completo sostiene un friso partido en el que aparece el escudo y emblema de la orden a ambos lados y una hornacina central con la imagen de Santo Domingo predicando.
En el interior destacamos el claustro de ladrillo mudéjar con arcos de medio punto sobre pilares enmarcados por pilastras toscanas que sostienen el entablamento que da paso al piso superior donde se abrían vanos adintelados. En una celda de este convento falleció D. Francisco de Quevedo y Villegas el 8 de septiembre de 1645. Tras la desamortización de 1844 por Mendizábal fue vendido al estado que lo utilizó como escuelas hasta 1979.
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